La marca francesa Emanuel Ungaro ha vuelto a sus raíces con una colección primaveral de pasteles apagados y atuendos de noche con encaje, tratando de dejar atrás un proyecto fallido con la actriz Lindsay Lohan.
Al igual que muchas casas de moda, Ungaro no ha conseguido encontrar al sustituto perfecto para ponerse al frente de la empresa desde el retiro de su fundador en el 2005, pasando por una sucesión de diseñadores hasta dar con Lindsay Lohan, a quien contrataron como directora artística.
Pese a haber apostado por la actriz para rejuvenecer la imagen de la marca, esta colaboración no salió tal y como habían deseado, llegando a cosechar muchas más críticas que elogios de la prensa y del mundo de la moda.
Tras el rotundo fracaso de Lohan al frente de la dirección artística, la colaboración llegó a su fin en marzo y esta semana todo el mundo -desde el nuevo diseñador Giles Deacon a los patrocinadores financieros de la marca- afirmaron estar centrados en olvidar el pasado y mirar hacia el futuro.
"Pienso que no tiene sentido preocuparse por lo que ocurrió en el pasado. Estamos ante una nueva página para dar lo mejor de la marca: su sensualidad, su glamour y su toque liger", explica Marie Fournier, directora general de la marca.
La nueva colección, presentada en un invernadero en el centro de París, marcó el regreso en forma para Ungaro con muchas prendas de día en colores pasteles suaves, así como también pantalones que no lucirían inadecuados en una sala de reuniones.
La colección respondió a los directores de la tienda, que buscaban prendas para mujeres reales, no estrellas, dijo Deacon, admirador de la moda británica, que ha dirigido colecciones para casas como Louis Vuitton y Ralph Lauren.
"Es mi interpretación de dónde pienso que Ungaro debería estar. Creo que tiene que tener una elegancia atemporal también", añadió.
No obstante había también un toque irreverente, con audaces vestidos minúsculos en encaje negro traslúcido, brillantes trajes de baño y tocados con plumas de avestruz teñidos de verde y rosa.
Broches con flores de lentejuelas y perlas hacen que vestidos de noche resplandezcan, y un ligero acento fluorescente o detalles cortados con láser pusieron la colección a tono con el momento.
La fiesta de jardín del jueves fue menos provocativa, un claro intento por presentar a los compradores prendas que puedan usar y se vendan fácilmente en las tiendas, a diferencia de los conjuntos mediáticos presentados por Lohan.
Los asistentes al desfile destacaron las prendas simples, como una chaqueta de crepe de seda color durazno con una falda bordada con encaje y dieron a entender que,más allá del contexto económico, siempre habrá clientes para este tipo de productos.
"La austeridad está por todos lados. El truco es idear prendas que la gente quiera lo suficiente como para comprarlas y creo que (Ungaro) lo ha hecho con esta colección", afirmó un inversionista.